La Fiscalía ha decidido no acusar a Íñigo Errejón por la supuesta agresión sexual denunciada por Elisa Mouliaá al considerar que no existen indicios suficientes para celebrar juicio.

En un giro inesperado que ha dejado a muchos boquiabiertos, la Fiscalía ha decidido no acusar a Íñigo Errejón, exdiputado y ex portavoz de Sumar, en el caso de la supuesta agresión sexual contra la actriz Elisa Mouliaá.
Este fallo, que ha sido calificado como un revés significativo para la actriz, se basa en la falta de “indicios suficientes” para llevar a cabo un juicio, según fuentes del Ministerio Público.
El caso ha captado la atención del público y los medios desde que Mouliaá presentó su denuncia, alegando haber sido víctima de tocamientos, besos no consentidos y comentarios de carácter sexual por parte de Errejón durante una noche en octubre de 2021.
La acusación inicial había llevado al juez Adolfo Carretero a considerar que existían pruebas suficientes para sentar a Errejón en el banquillo de los acusados.
Sin embargo, tras una revisión exhaustiva de las pruebas, la Fiscalía ha llegado a la conclusión de que no hay evidencia suficiente para sostener una acusación formal.
Errejón, quien ha mantenido su inocencia desde el inicio de este escándalo, reconoció haber tenido un encuentro con Mouliaá, pero insistió en que todo fue consensuado.
“Lo que ocurrió esa noche fue consensuado. Nunca he querido hacer daño a nadie”, afirmó en una declaración reciente. Esta defensa ha sido clave para que la Fiscalía reconsiderara la viabilidad del caso.

La decisión de la Fiscalía no pone fin al proceso judicial, ya que el juez Carretero ha admitido a trámite una demanda por calumnias presentada por Errejón contra Mouliaá.
En este contexto, se ha fijado una fecha para que ambas partes comparezcan ante el tribunal el próximo 17 de febrero.
Errejón busca una indemnización de 10.000 euros, así como la retractación de las declaraciones de Mouliaá, quien, por su parte, ha rechazado cualquier propuesta de conciliación.
La actriz solicita tres años de cárcel para el exdiputado y una indemnización de 30.000 euros, lo que añade más tensión a un caso que ya es complejo.
La decisión de no acusar a Errejón ha generado una ola de reacciones en redes sociales y entre los ciudadanos. Muchos han expresado su descontento y han cuestionado la capacidad de la Fiscalía para manejar casos de esta naturaleza.
“Es increíble que con tantas denuncias y testimonios, la Fiscalía decida no actuar. ¿Qué más necesitan?” comentó un usuario en Twitter.
Otros, sin embargo, han defendido la decisión, argumentando que es fundamental garantizar que solo se lleven a juicio los casos con pruebas sólidas.
El testimonio de ambas partes será crucial para determinar el desenlace final de este conflicto judicial. La línea entre la verdad y la percepción se ha tornado difusa, y la opinión pública está dividida.
Mientras algunos apoyan a Mouliaá, otros creen en la versión de Errejón. Este caso no solo pone en juego la reputación de los involucrados, sino que también plantea preguntas sobre el manejo de las denuncias de agresión sexual en el sistema judicial español.

La fiscalía ha enfatizado que su decisión se basa en un análisis detallado de las pruebas y que su objetivo es actuar con responsabilidad y rigor. Sin embargo, muchos se preguntan si esta decisión podría sentar un precedente peligroso en casos similares en el futuro.
“Si no se actúa en este caso, ¿qué mensaje se envía a las víctimas de agresiones sexuales?”, se preguntó un defensor de los derechos de las mujeres.
A medida que se acerca la fecha de la audiencia por calumnias, la atención sobre este caso no hará más que aumentar.
La presión mediática y pública podría influir en el desarrollo de los acontecimientos, y tanto Errejón como Mouliaá se preparan para lo que podría ser un enfrentamiento legal significativo.
El desenlace de este caso es incierto, pero una cosa es clara: la lucha por la verdad y la justicia en situaciones de agresión sexual es un tema que sigue generando debate y controversia en la sociedad española.
La voz de las víctimas debe ser escuchada, y la justicia debe prevalecer. Con cada nuevo desarrollo, el interés y la tensión en torno a este caso solo seguirán creciendo, manteniendo a todos en vilo ante la espera de un veredicto final.
