Dua Lipa sorprendió al mundo cuando reveló que solo había tenido dos semanas para aprender español lo suficientemente bien como para cantar “Antología” con una fluidez que nadie esperaba. La confesión ocurrió justo antes de su presentación íntima ante un pequeño grupo de invitados privilegiados.

La artista británica explicó que llevaba meses soñando con rendir homenaje a Shakira, pero quería hacerlo de una manera completamente inesperada. No buscaba un simple tributo, sino una demostración sincera de respeto hacia una de las voces más influyentes en la música latina contemporánea.
Para lograrlo, Dua se sumergió en un entrenamiento intensivo de pronunciación, ritmo y vocalización. Contrató profesores de español, expertos en fonética hispana y hasta una coach colombiana que le enseñó los matices emocionales de la letra original. Según dijo, fue “el reto más intenso” de su carrera.
Durante esas dos semanas, prácticamente no habló inglés fuera de lo estrictamente necesario. Llevaba un cuaderno con expresiones comunes, conjugaciones verbales y fragmentos de la canción subrayados en colores distintos. Incluso escuchaba entrevistas de Shakira para captar su cadencia característica.
El día del ensayo final, su equipo quedó impactado al verla cantar la pieza completa sin mirar la letra. Dua no solo alcanzaba las notas más delicadas, sino que también transmitía esa nostalgia suave que hace de “Antología” una confesión íntima hecha música. Nadie esperaba semejante resultado.
Cuando llegó el momento de interpretar el cover frente a Shakira, Dua estaba tan nerviosa que sus manos temblaban ligeramente. Sabía que la colombiana era extremadamente exigente con sus propios estándares musicales, y deseaba no deshonrar un tema tan significativo en la historia personal de su autora.
Shakira, que desconocía totalmente la sorpresa, creyó que asistiría a una presentación informal y relajada. No imaginaba que presenciaría un acto tan cuidado y emocional. Estaba sentada en primera fila, a pocos metros del micrófono, cuando comenzó a sonar la guitarra que abre la canción.
El silencio se volvió absoluto cuando Dua Lipa pronunció los primeros versos en un español casi perfecto. La audiencia contuvo la respiración. Shakira abrió los ojos con un gesto entre incredulidad y ternura, incapaz de comprender cómo Dua había logrado dominar la canción de ese modo.
A medida que avanzaba la interpretación, la emoción en el rostro de Shakira se hacía más evidente. Sonreía, colocaba una mano sobre el pecho y en ciertos momentos parecía al borde de las lágrimas.
Observaba a Dua con un cariño casi maternal, sorprendida por la entrega que veía frente a ella.
Dua, mientras tanto, se mantenía concentrada en cada palabra, modulando su voz para seguir el carácter confesional del tema. No se permitió un solo error. Sabía que no era solo un homenaje musical, sino un regalo profundamente personal para una artista a la que admiraba desde adolescente.
Cuando llegó la última estrofa, su voz se quebró ligeramente debido a la intensidad emocional del momento. Sin embargo, continuó hasta el final, respirando con cuidado, sosteniendo las notas largas con un equilibrio sorprendente para alguien que había aprendido el idioma en tiempo récord.
Al terminar, la sala estalló en aplausos. Shakira se levantó inmediatamente, caminó hacia Dua y la abrazó con fuerza. No dijo nada durante unos segundos, solo la sostuvo como si quisiera transmitirle gratitud sin necesidad de palabras. Ese gesto silencioso provocó que Dua rompiera en llanto.
Finalmente, Shakira tomó el micrófono para dirigirse al público. Con la voz todavía temblorosa, explicó que jamás había recibido un homenaje tan inesperado, tan íntimo y tan respetuoso. Aseguró que el esfuerzo evidente de Dua la había conmovido de una manera que no sabía describir.
Dijo además que “Antología” es una canción que surgió de un momento particularmente vulnerable de su juventud, y escucharla en boca de otra mujer, con tanta honestidad, le recordó por qué aquel tema continúa tocando a varias generaciones. Fue un testimonio sincero de gratitud hacia Dua.
Luego, Shakira tomó las manos de la británica y le dijo que su español era “maravillosamente claro y dulce”. Esa frase, pronunciada con calidez genuina, dejó a Dua completamente sin palabras. Intentó responder, pero solo consiguió sonreír entre lágrimas mientras el público aplaudía de nuevo.
El equipo de producción que presenció la escena confirmó más tarde que el abrazo entre ambas artistas duró más de lo habitual. Se notaba una conexión humana real, más allá del espectáculo. Dua parecía emocionada hasta el punto de no poder procesar lo que estaba viviendo.
Horas después, en backstage, Dua confesó a un reducido grupo que la reacción de Shakira había superado cualquier expectativa. Dijo que ver a una de sus ídolas tan conmovida era un sueño imposible hecho realidad. Afirmó además que esa experiencia cambiaría para siempre su relación con la música latina.
Shakira, por su parte, publicó en privado un mensaje para Dua, agradeciéndole nuevamente y resaltando el “coraje artístico” que implica enfrentarse a una lengua ajena con tanta vulnerabilidad. Calificó el gesto como “una de las muestras de cariño más hermosas” que había recibido en años.
Ambas artistas pasaron varios minutos conversando sobre música, composición y sobre las emociones que inspiran cada proyecto creativo. Testigos afirmaron que se rieron constantemente, como si llevaran años conociéndose. La química entre ellas fue evidente y completamente natural.
Más tarde, surgió la posibilidad de una futura colaboración. Aunque ninguna de las dos lo confirmó públicamente, personas cercanas a sus equipos aseguraron que hubo un intercambio de ideas preliminares. Se habló de un tema bilingüe que combinara pop contemporáneo con tintes acústicos.
Dua admitió que cantar en español había sido tan transformador que deseaba explorar más proyectos en ese idioma. Aseguró que la experiencia le mostró un lado nuevo de su propia voz y la ayudó a conectar con emociones que nunca antes había expresado de esa manera.
Shakira le recomendó ejercicios diarios de dicción en español y le compartió una lista de artistas latinoamericanos para inspirarse. También le dijo que, si algún día necesitaba ayuda con la pronunciación o con ciertas expresiones idiomáticas, ella estaría encantada de acompañarla en el proceso.
La noche concluyó con una sensación de celebración íntima y sincera. No fue un evento grandioso ni una gala multitudinaria, sino un momento humano entre dos artistas que se admiran profundamente. El aplauso final resonó en la sala como un abrazo colectivo a esa conexión inesperada.
Desde entonces, el video del encuentro circula de forma privada entre algunos asistentes, quienes aseguran que es “imposible no emocionarse” al ver cada detalle. La forma en que Shakira mira a Dua durante el último verso se ha convertido en una anécdota legendaria entre los presentes.
Para Dua Lipa, esas dos semanas de estudio intensivo no fueron solo una preparación técnica, sino un viaje emocional hacia una cultura que siempre la había intrigado. Para Shakira, fue un recordatorio luminoso del impacto de su música y del cariño que despierta más allá de fronteras e idiomas.
Ambas salieron de la experiencia con un vínculo inesperado y con la promesa tácita de reencontrarse en algún estudio en el futuro. Y quienes estuvieron ahí aquella noche coinciden en que presenciaron algo más grande que un simple cover: un acto de amor musical que quedará grabado para siempre.